lunes, 16 de mayo de 2011

Cuento: ´´El secuestro de Rabbit´´


Era el último día del curso. Javier, Paula, Carlos y Lucía decían con sinceridad:

-¡Ojalá toque el timbre ya!

Después de clase se reunieron en la casa de Carlos, un rascacielos de 64 plantas, en el que Carlos vivía con su familia y su conejo Rabbit. La pandilla llegó a su casa e hicieron su tarea allí. Carlos fue a darle de comer a Rabbit y se dio cuenta de que no estaba allí en su jaula vieja y rota, lo buscaron por todo el piso pero no apareció. Carlos confiaba en que Rabbit volviese de donde se había metido. Se dieron cuenta de que en la jaula había un papel mojado, no sabían que podía significar eso…

Llegó la madre de Carlos que había salido a comprar, la pandilla le preguntó por ese papel mojado y arrugado que habían encontrado en la jaula de Rabbit. La madre de Carlos lo olió y reconoció que era limón, que con una linterna especial se podía leer.

La encontraron y el resultado fue bueno, ya que la encontraron, después lo probaron y pudieron leer:

"Is sereiqu olrraepucre nev la rab led oirrab"

- ! Qué es esto! – Dijo Paula

- No lo sé – Respondió Lucía

- ! Es un código! – Dijo Carlos

- Las palabras están al revés – Dijo Javier

Si las ordenamos dice:

"Si quieres recuperarlo ven al bar del barrio"

A Carlos todavía le quedaba esperanza de encontrar a Rabbit…

- ¿Qué quiere decir con el bar del barrio? -preguntó Javier

- A lo mejor es el bar que hay en la esquina -dijo Lucía

- Iremos a comprobarlo -dijo Carlos

Los cuatro fueron al bar de la esquina, entraron en él, saludaron a la gente que estaba dentro con respeto y se dirigieron al dueño del bar, le contaron lo de la nota y el accedió a dejarles pasar, bajaron una escalera , abrieron una puerta y allí vieron a Rabbit

- !Cojámoslo! -dijo Lucía rápidamente

- No tan rápido -dijo el dueño impidiendo Lucía que lo cogiera -Primero me tendréis que dar algo a cambio -dijo el dueño

- ¡Quiere mi cuadro antiguo!- dijo Carlos

Los cuatro subieron a buscarlo y bajaron rápidamente al bar, Carlos le dio el cuadro y cogió la vieja jaula en la que estaba Rabbit.

Mientras la cogía Lucía distrajo al dueño del bar, Javier le quitó el cuadro y Paula le cogió de las manos para facilitarle a Javier quitarle el cuadro, los cuatro salieron corriendo del bar y se dirigieron a la casa de Carlos, allí descansaron cuidando a Rabbit.

Finalmente pasaron un verano muy bueno, los cuatro juntos, y por supuesto acompañados de su conejo Rabbit, gracias al cual vivieron una emocionante aventura.

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